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Cultura zombi

Superpoblación: la humanidad como plaga

Hace unos días hablábamos del fin de la sociedad, del holocausto en sentido lato, y de cómo nos interesaba presenciar recreaciones literarias, cinematográficas, artísticas en general, de este terrible (y seductor) hecho. 

Si, como se dijo el otro día, retomamos las palabras de Thomas Robert Malthus en su Ensayo sobre el principio de la población, veremos que cada día nuestra sociedad se aproxima más y más a su consunción.

La Población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.

No veo manera por la que el hombre pueda eludir el peso de esta ley, que abarca y penetra toda la naturaleza animada. Ninguna pretendida igualdad, ninguna reglamentación agraria, por radical que sea, podrá eliminar, durante un siglo siquiera, la presión de esta ley, que aparece, pues, como decididamente opuesta a la posible existencia de una sociedad cuyos miembros puedan todos tener una vida de reposo, felicidad y relativa holganza y no sientan ansiedad ante la dificultad de proveerse de los medios de subsistencia que necesitan ellos y sus familias.

Partiendo de esta premisa, Malthus consideraba que algunos aspectos que podían considerarse a primera vista como negativos para lo sociedad, no hacían si no velar por su sano mantenimiento. Estos aspectos eran, principalmente, las epidemias, el hambre y las guerras. Su devastador efecto sobre la población contrapesaba el crecimiento imparable de ésta y equilibraba su crecimiento con respecto al de los recursos. ¡Cómo le hubiera gustado a Malthus que los seres humanos contaramos con un mecanismo similar al de los lemmings y, llegado el caso, nos arrojáramos en masa por un acantilado! Algo similar a lo que sucede en El incidente de Shyamalan, ¿verdad?

Pero no hace falta haber leído a Malthus para darse cuenta de que hoy en día llevamos unas vidas perfectamente decentes y plenas aunque arrastramos con nosotros características que, no hace mucho tiempo, nos hubieran convertido en pasto de los buitres. ¿Cuántos de nosotros usamos gafas? ¿Cuántos padecemos de asma o alguna alergia? ¿Alguna minusvalía de algún tipo? No quiero que se me tache de eugenetista, nazi ni nada parecido, nada más lejos de la realidad, pero quiero que pensemos en cuántos de nosotros estaríamos realmente capacitados para sobrevivir si nuestra sociedad dejara de aportarnos esas «muletas» con las que suple nuestras limitaciones, cada vez más importantes y extendidas. 

A la vista está que en este planeta se está dando un exceso de población y que, cada día que pasa, los recursos de los que disponemos son más y más escasos. Estamos destruyendo el ecosistema sin remedio y eso lo pagaremos caro. Llegará el día en que la Naturaleza haga lo que tiene que hacer y nos ponga en nuestro sitio: nos elimine hasta que seamos un número aceptable. Malthus promulgaba que éramos nosotros los que debíamos hacer ese trabajo para la Naturaleza. Desde nuestro punto de vista, Malthus es un auténtico chalado hijo de puta, y quizá tengamos razón, porque él hablaba de desatender a los menos afortunados desde su marfileña torre de la clase alta. Pero, insisto, puede que tenga toda la razón. Estamos padeciendo las consecuencias de un exceso notabilísimo de población en este planeta y ninguno tendremos los redaños de admitir que el camino para salir de esta situación límite es disminuir nuestro número. Porque, amigos, cualquier cosa en demasía es negativa, incluidos nosotros mismos. ¿Qué pretendemos hacerle a Gaia? Como mecanismo autorregulador que es, nada podemos hacerle que no sea hacérnoslo a nosotros mismos.  

En palabras de Isaac Asimov: «La democracia no puede sobrevivir a la superpoblación. La dignidad humana no puede sobrevivir a la superpoblación. Las comodidades y la cortesía no pueden sobrevivir a la superpoblación. Conforme situemos más y más seres humanos en este planeta, el valor de la vida no solo declina, sino que desaparece». La base de este pensamiento es meramente económico. ¿Por qué ciertos bienes son más valorados que otros? Porque escasean. Y cuando sucede lo contrario, cuando abundan, su precio se abarata. Lo mismo está sucediendo con nuestras vidas: carecen de valor.

Acabo de encontrar un dato escalofriante en la web World Overpopulation Awareness: un tercio de la población mundial, lo que suponen dos mil millones de seres humanos, tienen menos de 20 años de edad. Lo que supondrá que nuestra especie, si nada lo remedia, experimentará en los próximos veinte años un baby boom de catastróficas consecuencias: hambre, enfermedades y guerra. ¿Os suenan estros tres factores? Son lo que en 1798 Malthus apuntaba como las medidas de la Naturaleza para controlar nuestra población.

Y ahora unos cuantos gráficos para que veamos a las claras el problema al que nos enfrentamos:


Crecimiento de la población mundial en la historia. Obsérvese el exacerbado crecimiento de la última etapa.


En los últimos 300 años hemos pasado de 600 millones a 6.000 millones de seres humanos.


Crecimiento en los últimos años, de 1950 a 2000.

De ahí concluyo que estamos hoy más cerca que nunca de que el planeta se colapse y de que sea la Naturaleza la que tome cartas en el asunto y decida por nosotros: nos eliminará como el virus, la plaga, que somos. Y nos dirá como dicen los padres a sus hijos: «si es por tu bien». 

L'enfer c'est les autres.
El infierno son los otros.
J. P. Sartre. 

«Aquellas cosas» de ahí fuera...

¿Sois de los que preferís que no se mencione la palabra «zombi» en una película? ¿Preferís que se empleen eufemismos en su lugar? 

Siempre fuimos, Blogger in the Shadow y yo, defensores de la segunda opción, la eufemística. Disfrutábamos más de las películas cuando los protagonistas desconocían la verdadera naturaleza del mal que los acechaba, cuando la mujer sale corriendo como una posesa de su casa hacia las escaleras al grito de «¡Es mi marido! ¡Déjenlo, por favor, es mi marido!» y literalmente se lanza a los brazos de ese pedazo de muerto viviente de cara cerúlea y violácea, su marido, que le muerde la yugular sin dudarlo un instante (para estupor generalizado del respetable).

Porque referirse a los zombis como those things out there o caníbales homicidas (o vaya usted a saber cómo) implica un desconocimiento del mal que amenaza nuestras vidas, circunstancia que da lugar a maravillosas escenas como la suso dicha de la mujer de Dawn of the Dead.

La consabida escena que resulta fundamental para toda película ambientada en el momento noche (cuando se desata la plaga zombi), esto es, cuando alguien descubre que arreándoles bien fuerte o disparándoles en la cabeza se acaba con ellos, no tiene sentido alguno si antes cualquier otro ha dicho: «hay zombis por todas partes, estamos rodeados de muertos vivientes, pero tenemos una posibilidad, pues son de los lentos». ¡Qué forma demencial de cargarse unas cuantas escenas que siempre nos hacen disfrutar como prepúberes en algunas películas de zombis!

¿Qué pasaría si el tipo armado que apunta con extrañeza a la zombi enfermera que se aproxima supiera que es una mort vivant? ¿Le daría el alto? Ante su persistente avance, ¿le acabaría disparando en una rodilla? Cuando vea que no ceja en su empeño de avanzar en pos de su persona, ¿miraría hacia atrás como diciendo: «qué demonios es esto» o «what the hell...»? No, no haría nada de eso. Pasaríamos directamente a la segunda parte de la película, obviando mucho contenido de la primera, que muchas veces es la mejor (al menos en las películas que narran el inicio del Apocalipsis).

Siempre ha habido detractores de esta preferencia por el eufemismo y el fingimiento de inocencia. Uno de los argumentos más sensatos que se pueden esgrimir en su contra es el siguiente. En esa supuesta realidad que viven los personajes de la película, ¿no existen las películas de zombis? Porque en las de psicópatas sí y en las de vampiros también. ¿Por qué no sucede lo mismo con las de zombis? La respuesta más obvia viene motivada por los argumentos anteriores: que pierde parte de la gracia. Claro que, igual ya es hora de que se busque esa gracia con asuntos algo más frescos que esas consabidas escenas arquetípicas del cine de zombis, ¿no es verdad?

Y en el caso de que sí las haya habido, de que sí que hayan visto películas de esta temática, de este subgénero tan nuestro, ¿acaso contaban con títulos tan extravagantes como estos?: The Night of the Living Those Things, Those Things of Moratau, Dawn of Those Things, The Revenge of These Things, The Plague of Those Things, Those Thing Holocaust, The Incredible Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-up Those Things, The Astro-Those Things...

Ghoul vs. zombi

Los gules provienen del folclore árabe y berberisco. La palabra inglesa ghoul se deriva de la palabra árabe: الغول, que significa literalmente «demonio».

Podríamos distinguir varios tipos de gules, según se alejen del origen árabe del mito del devorador de cadáveres.

El gul clásico, árabe, es una especie de demonio que habita en los páramos, que puede adoptar forma de hiena y que se alimenta tanto de la carne de los viajeros solitarios, como de la que le proporcionan los cuerpos que logra desenterrar. Luego estamos ante un no-muerto con la capacidad de transformarse en hiena y, según que fuentes, en muy distintos otros animales, desde camellos a avestruces de un solo ojo. No se parece en casi nada a un zombi renacido de entre los muertos.

Con la profusión de novelas de corte fantástico (espada y brujería) y, sobre todo, con el nacimiento de juegos de rol como el D&D y compañía, surge la figura del gul como un miembro más de la familia de los muertos vivientes, quedando situado, en cuanto al grado de dificultad de abatirlo con garantías, por encima del esqueleto y el zombi, aunque por debajo de otras criaturas mucho más peligrosas, como los vampiros. Creo que en muchos juegos de este tipo se dio a conocer con el simple nombre de necrófago, merced a sus hábitos alimenticios, aunque nunca le hacía ascos a las costillas de los personajes de los jugadores. Ni rastro queda ya de sus aptitudes transformistas, aunque se perfila mucho más su fisonomía: un cadáver con mucha mala leche, capaz de paralizarte si te alcanza con una de sus garras e inmune a las armas convencionales.

Lovecraft quiso retomar un poco la antigua idea de árabe de gul como un ser carroñero, mitad animal, mitad humano, aunque no perduraron en sus gules las habilidades para transformarse a voluntad. Sin embargo les aportó un cambio sustancial. Los gules de Lovecraft no son muertos vivientes. Son seres vivos, de hecho son humanos que, debido al contacto con otros gules, a compartir su necrofágica dieta y habitar en túneles excavados en torno a cementerios, van poco a poco perdiendo sus rasgos humanos en favor de los propios de los gules; rasgos que semejan en muchos aspectos los de perros, sobre todo en su mandíbula y orejas, aunque tienen pezuñas hendidas, garras y ojos rojos. En definitiva, estos gules lovecraftianos tienen aún menos que ver con los muertos vivientes, pues son seres vivos.

El zombi, fundamentalmente, lo que busca llevarse al gaznate es un buen trozo de carne fresca y, si puede arrancarlo con los dientes de la yugular de un humano que todavía se agita y bombea sangre por sus venas, mejor que mejor. El gul puede conformarse con saquear alguna tumba que otra, aunque, como hemos visto, no le hace ascos a una presa fácil. Casi podríamos afirmar que el gul clásico del folclore árabe es a la hiena, lo que el lobisome u hombre-lobo occidental, al lobo (salvando ciertas distancias).

¿Por qué se ha usado con frecuencia el término ghoul para referirse a simples muertos vivientes? Ni idea a ciencia cierta... En los años cincuenta se puso muy de moda en los títulos cinematográficos hablar de ghoules. Me imagino que sería por abandonar el término zombie o living dead, tan de moda en los años 30 y 40 para referirse a los zombis del tipo haitiano, y aportar un soplo de aire fresco, aun cuando las más de las veces, se trataba de simples muertos vivientes. Quizá hoy en día se siga utilizando simplemente como sinónimo de zombi. 

Uno de los principales errores de concepto que se ha cometido en el cine de zombis infecciosos creado por George Romero tiene que ver un poco con la diferencia que en principio debiera existir entre zombi y gul o necrófago, y se podría resumir en una simple pregunta: ¿cuándo deja de comerse a su presa un zombi? En Night, como se están sentando las bases de la renovación del género, sinsentidos como éste se disculpan (así como el miedo al fuego) con creces. Pero si un zombi moderno «post 1968» busca alimentarse de la carne y la sangre de los vivos, ¿por qué no pierden el interés por seguir royendo los huesos de un cadáver y se van en busca de una emocionante presa nueva, vivita y coleante, a la que hincarle el diente?

Fallece Ray Dennis Steckler

El 7 de enero murió de un ataque al corazón el director de culto Ray Dennis Steckler, más conocido como Cash Flagg.

Su obra maestra fue The incredible strange creatures who stopped living and became mixed-up zombies (uno de los títulos más enrevesados del género, aunque los hay peores, creedme), de 1963. Durante años fue una película bastante desconocida, hasta que en 1997 el fabuloso programa Mystery Science Theater 3000 hizo un pase de la misma con los audiocomentarios de rigor (ponían películas y las comentaban mientras se veía la sombra de los protagonistas del programa, dos robots y un tipo raro, sentados en sus butacas del cine y las comentaban entre risas).

Tras el declive de las producciones para autocines (su gran filón de negocio), entre las que destaca The Thrill Killers (su versión de Psicosis) y, sobre todo, Rat Pfink a Boo Boo, una película que empieza siendo un thriller basado en unas llamadas obscenas que había recibido su mujer y en torno al minuto cuarenta cambia radicalmente y acaba siendo una parodia demencial sobre la serie de Batman (Rat Pfink) y Robin (Boo Boo).

Posteriormente haría algún que otro videoclip musical (para Jefferson Airplane, Janice Joplin o Jimmy Hendrix) y finalmente se dedicaría casi por entero al cine pornográfico bajo el seudónimo de Cindy Lou Sutters, y dirigiría títulos como Sexorcist Devil (de la que he encontrado unas libidinosas capturas que finalmente declino poner aquí por resultar de mal gusto, pero no aquí), Sexual Awareness o Debbie Does Las Vegas...

Poco antes de fallecer, pudo terminar su último trabajo, que era, ni más ni menos, que una secuela de su gran película de zombis de los sesenta: Incredible Strange Creatures: One More Time. Esta vez con una décima parte del presupuesto con el que se filmó aquella. Como decimos, quedó terminado el trabajo de postproducción, y se espera que salga directamente a DVD para el verano de 2009. A ver en qué queda todo esto...

Ray, descansa en paz.

Lo mejor del 2008 ¡y feliz 2009!

Os deseamos que vuestros deseos apocalípticos se vean colmados en este nuevo año que estamos a punto de estrenar. Que llevéis a buen puerto todos esos pequeños propósitos milenaristas de año nuevo, desde conseguir hacer más de 200 metros seguidos en bici sin pararse a tomar una cervecita o cómo rayos colocar un panel solar, hasta aprender los pormenores de la conservación de los alimentos y la obtención de agua potable incluso en los ambientes más hostiles. Lo de disparar a la cabeza sin titubeos yo me lo dejo, en un alarde de sangre fría, para el 2010.

He estado recapitulando lo que hemos visto este año 2008 en el panorama zombi mundial, y tampoco ha sido como para tumbarnos de gozo y dicha, pero no nos podemos quejar. Todavía recuerdo con horror los años noventa, ese cuasi erial del buen género zombi. Bien pensado, lo cierto es que los noventa son una época especialmente lamentable en muchos aspectos...

Como decía, recapitulando, tenemos, a mi modo de ver las cosas, a LA GRAN GANADORA DEL AÑO 2008: la miniserie británica DEAD SET. (Mención especial para la serie, también británica, Survivors).

En cuanto a películas, creo que no ha habido un ganador que merezca serlo, pues todo palidece al lado de DEAD SET. Pero, pese a ello, podemos nombrar The Mist o películas independientes como Mulberry Street o The Signal, por aportar cosas muy interesantes al género zombi/apocalíptico. Mención especial al fiasco de Romero de Diary of the Dead. Ánimo, Romero, que no pasa nada, que te pagamos un billete a Londres o a Manchester para que te recicles, viejo amigo...

En cuanto a los cortos, el ganador, fuera de toda duda, es I love Sarah Jane. 

El premio al mejor vídeo musical es para Metallica y su All Nightmare Long.

En lo referente a la literatura hay que destacar los aciertos de la editorial Almuzara (y su sello Berenice) de editar las obras de Max  Brooks en español. Gracias, amigos, por expandir el virus. Como dije «literatura», no mencionaré AZ, jejejejeje. Es broma. Mencionaré el AZ de Loureiro: bien merecería pasar su primera parte por las llamas de una buena queimada, a no ser que Manel saliera de su mutismo y defendiera lo indefendible.

En el apartado de los juegos de ordenador o consola, creo que bien merecen coliderar el año dos juegos: la fase extra del Call of Duty en la que debes defenderte del ataque de los zombis nazis, y el fabuloso Left for Dead. A ver esos modes, amigos...

Y ya para terminar, quisiera recordar a dos personas que han fallecido este año: Charlton Heston (que es humano a fin de cuentas y fue un gran Neville) y la hermosísima, valiente y siniestrísima Maila Nurmi (la Vampira de toda la vida). ¡Un beso, guapa!

¡Nos vemos el año que viene! ¡SOBREVIVE! ¡LEE ZOMBI.BLOGIA!

La gripe y la crisis

He pasado un par de días infernales. Hoy creo que no he tenido fiebre, y muy probablemente ayer por la tarde tampoco, aunque no pondría la mano en el fuego por esta noche... Gracias al cielo que el cuarto de baño de mi búnker es tan pequeño que, cuando me mareé al tratar de sonarme los mocos a las tres de la madrugada, me pude agarrar casi al mismo tiempo de la puerta, la mampara de la ducha y el lavabo (además, de caer, te ves obligado a caer de pie, como los gatos, vamos). Si no, os juro que ahí estaría en estos momentos, desnucado. Admito, de todos modos, que no soy precisamente un enfermo modélico: soy un paciente totalmente melodramático. Pero es que muchas veces no es para menos...

El caso es que he descubierto que la epidemia de gripe de este año está causando verdaderos estragos y todo viene elevado al cubo de manos de la crisis interplanetaria en la que nos vemos inmersos.


Extraído del 20 minutos de la Comunidad Valenciana. 


La gente, aquejada de gripe, no pide cita para acudir a su centro de salud por miedo a ser despedidos de su trabajo, de modo que las urgencias por las tardes/noches se colapsan como si de un Apocalipsis Zombi se tratara. Amigos de zombi.blogia, si hay un factor que puede agravar, y mucho, un Apocalipsis Zombi, éste no es otro que La Crisis, pues nuestros compañeros de trabajo, aun infectados y mordidísimos, acudirán a cumplir con su horario laboral aunque el sol salga por el Oeste.

Y por si os lo preguntabais... sí, efectivamente, hoy por la mañana, aun cuando he dormido solo tres horas y repartidas en tres tomas (con su dosis de paracetamol en medio; no sé cómo me lo monto, pero siempre me toca la tercera toma a una hora surrealista), he acudido puntualmente a mi cita con el destino laboral... mierda de vida.

EDITADO: 

30/12/2008
Como dice el rey Arturo en el Excalibur de John Boorman: «DESCONOCÍA LO VACÍO DE MI ESPÍRITU HASTA QUE LO HE LLENADO». Ya me encuentro mucho mejor.

Feliz Navidad y películas de zombis para ver en familia

Espero que este año no sea el último antes del inminente Apocalipsis Zombi. De cualquier manera, que no os pille con la guardia baja: una partida de langostinos tailandeses del Lidl puede ser el principio del fin, tenedlo muy presente. Un consejo: un centro comercial en estas fechas pasa a engrosar la lista de lugares non gratos en caso de epidemia zombi (junto a las comisarías y los hospitales), pues más de uno acudirá, aunque sea mordido, a hacer las pertinentes compras navideñas.

A continuación una serie de películas de género zombi recomendadas para ver en familia (artículo que me sugirió Vodevil en un comentario) en estas fechas (dejando de lado Silent Night, Zombie Night, que reseñaba el otro día nuestro amigo NEO en su Amanecer zombie, pues tiene pinta de ser infumable, jejeje, y además no sale hasta mediados de enero, ¿ein?, eso sí que es marketing del bueno):

Scooby Doo en la isla de los zombis: peliculón donde Scooby Doo y demás amigos se adentran en una isla pantanosa repletita de muertos vivientes. ¿Podrán sobrevivir al Apocalipsis Zombi? Además, disfrutaréis del primer uso de la cámara en mano en una peli de zombis, jejejeje... 

 

¿Estamos muertos o qué?: joya de finales de los ochenta en la que Treat Williams, el hippie alocado de Hair, interpreta a Roger Mortis, un poli que se convierte en zombi no infeccioso. Las risas alcanzarán límites insospechados cuando veáis a las truchas y los patos (a la naranja) zombificados. Desde el minuto uno se nos hace saber que el director y el guionista abusaron de ciertas sustancias psicoactivas mientras realizaron sus labores respectivas. 

 

La divertida noche de los muertos vivientes 2: la primera es mucho mejor, pero puede que alguna mente puritana os ponga mala cara si ve que sus hijos están viendo cómo una punky ochentera baila desnuda entre las tumbas de un cementerio (y se pasa el resto de la peli de igual modo hasta que finalmente se la comen). Cómo disfruté de niño con esas escenas... En la segunda parte, uno de los protagonistas es un niño, de modo que cualquier pequeñuelo entre ocho y once años desarrollará empatía hacia este personaje y se meterá de lleno en la película.

 

Están vivos (They live!): de Carpenter, que no son zombis, que son extraterrestres con pinta de podridos, pero como si lo fueran. Conspiración, el mundo de las apariencias, crítica hacia el consumismo, pelea absurda entre los protagonistas carismatiquísimos, gafas mágicas, resistencia en plan V... una auténtica joya, vamos.

 

Hard Rock Zombies: una película increíble, por lo incoherente de su guión/realización y lo pasmado que te quedas tras ver siquiera un fotograma. Si tenéis un sobrino heavy ésta es vuestra elección, sin duda. Os pasaréis el resto de las navidades cantando los estribillos de las canciones y bailando como un zombi heavy.

 

C.H.U.D.: Canibalistic Humanoids Undergroung Dwellers, titulada astutamente en los países de habla hispana como Caníbales Humanoides Ululantes Demoníacos, es una película tremendamente cutre que hará pasar un gran rato a toda la familia. Unos seres demenciales habitan en las cloacas de Nueva York y pronto empezarán a salir a la superficie en busca de carne fresca que llevarse a la boca. No son zombis, pero dan náuseas, no hay contagio, pero hay mordiscos. Tiene un detalle que me dejó loco la primera vez que la vi: cuenta con la participación de John Goodman (aparece en el segundo 00:28, no os lo perdáis) en uno de sus primeros papeles. Hace de policía que entra en un bar, se pide una hamburguesa con queso y le mira el culo a la camarera, y antes de que se termine la cheeseburger, los extraños seres de las alcantarillas irrumpen en el bar y los masacran a todos.

 

Y posiblemente la mejor opción, LA NOCHE DEL COMETA, peliculón ochentero apocalíptico donde lo haya, con zombis, científicos malvados, con Roberto Beltrán (Eating Raoul) como héroe camionero tipo duro, niño zombi y canción de Cindy Lauper (aunque no está cantada por ella, sino por Tami Holbrook) en momentazo looting (Girls just wanna have fun!). Esta película es para mí de lo mejorcito de este planeta. Si tuviera que salvar tan solo una película de la quema, escogería ésta sin dudarlo. Las demás son contingentes, pero La noche del cometa es necesaria. La hemos mencionado en múltiples ocasiones en zombi.blogia, pero nunca me decido a acometer la tarea de hablar en profundidad de ella...

 

Pues lo dicho, que feliz Navidad y próspero año nuevo y esas cosas tan bonitas que nos deseamos en estas fechas, antes de volver a desearnos la muerte unos a otros...

 

Hongo apocalíptico: la mano del zombi

Iván, un amigo mío, sabedor de mi apetito por la carne putrefacta y el milenarismo, me ha enviado estas fotos extraídas de Orimath. Al blogger le ha crecido esto entre sus plantas y huele a muerto:

A mí me hubiera dado un paro cardiaco...

El caso es que en dicho blog se preguntan qué clase de hongo es éste, que bien parece la mano de un zombi que pugna por salir de la tierra removida del cementerio. Dejando a un lado la polémica que en Orimath ha suscitado el comentario del blogger refiriéndose a la mano del zombi como «planta», los anónimos mensajes hirientes subsiguientes y el comentario que más gracia me ha hecho («los indonesios conocen formas de matar que ni tan siquiera puedes pronunciar»), el factor estético de tener esa manita de muerto en una maceta viste mucho. 

Se plantean en ese blog varias hipótesis al respecto de la filiación de la mano muerta:

Se trata de un Clathrus archeri, también conocida como «los dedos del Diablo». Pues se da un aire, aunque el Diablo, mejor no mentarlo, no vaya a cerrar las puertas del Infierno ahora mismo.

Solo espero que no se trate de lo que también insinúan algunos: un vulgar Lysurus cruciatus o «garra de lagarto».

Lo que está claro es que se trata de un falo, impúdico o no, eso ya es otra historia... Me quedo con la mano del muerto, la mano del zombi.

Querido maese Copépodo, recurro a usted. Por favor, ilumínenos con el Faro de Alejandría de su conocimiento.

EDITADO: Nuestro querido Copépodo, el rey del blogoplancton, nos envía este mensaje por correo:

Perdona por la tardanza, pero de todas formas me temo que no voy a poderte servir de ayuda. Está claro a qué tipo de hongo pertenece y efectivamente yo diría que es de la familia de las faláceas (Phallaceae). El basidiocarpo (la seta, vaya), tiene una forma bastante rara y en vez de sombrerito expone su himenio (superficie productora de esporas) a modo de dedos. Ahora, confirmarte de qué especie se trata (y más aún procediendo de lugares exóticos, como Indonesia), no sólo está más allá de mis posibilidades sino que es bastante difícil sin contar con la ayuda de un botánico local o de bibliografía específica. Creo que no se trata de ninguna de las dos especies que mencionas en el blog, pues las imágenes son muy distintas.

Abrazos

¡Muchas gracias, querido Copépodo, por tu tiempo y tu sabiduría! Nos quedamos, pues, con la nomenclatura prosaica de mano del muerto.

El yo y el otro tras el Apocalipsis

Quién mejor que Leopoldo María Panero para darnos una clase magistral de supervivencia postapocalíptica. Su conclusión acerca del hombre libre es que no es sino presa de sí mismo y por tanto se inclina naturalmente a destruir al otro. Estoy de acuerdo con los teóricos del asociacionismo como algo positivo para la supervivencia, pro no lo estoy menos que con las palabras de un comentario de Koryrik del otro día, que se pueden resumir en lo siguiente: si realmente quieres sobrevivir a un Apocalipsis Zombi, has de matar supervivientes.

Para interpretar las palabras de Panero en este sentido, basta sustituir «cárcel» por «sociedad actual», y «libertad» por «postapocalipsis». 

Os recomiendo encarecidamente que veáis la nueva serie apocalíptica de la BBC de la que os hablé hace poco: SURVIVORS. En ella se hace una muy buena reflexión acerca del individuo y la sociedad, el viejo tema de civilización o barbarie, Ariel o Calibán. El siguiente capítulo será el quinto de un total de seis. 

Nuevo vídeo de Metallica: All nightmare long

No soy ningún fan de Metallica, pero este vídeo os resultará interesante...

Escalera improvisada

Si os preguntabais cómo bajar de vuestra casa a la calle (con el fin de aprovisionaros en la panadería de la esquina) y sortear a los zombis que hay en la escalera de vuestro edificio (Dios, llevan 3 días aporreando la puerta, ¿no descansan nunca esos bastardos?), Big Daddy nos trae la respuesta en forma de escalera improvisada

También resultaría un implemento perfecto para ubicar tu refugio en una gruta de una pared rocosa inaccesible de otra manera.O para llevarla siempre contigo en la mochila durante las operaciones de aprovisionamiento en el exterior. Por otro lado, confeccionar cada uno de sus nudos puede ser un pasatiempo ideal para una lluviosa y fría tarde postapocalíptica.

Pot-in-pot, refrigerador de emergencia

(Por cortesía de nuestro querido y sabio Big Daddy; saludos a Big Granny y besazos muy gordos a Emiliano, el futuro heredero de tu sabiduría apocalíptica).

Llamado pot-in-pot ("vasija dentro de vasija" en el idioma de Cervantes) consiste en dos vasijas de barro de diferentes dimensiones, una anidada dentro de la otra con el espacio intermedio ocupado por arena y agua. La acción de enfriamiento se debe a que cuando el agua se evapora, toma calor de la vasija más pequeña, en la cual frutas, vegetales u otro alimento perecedero pueden ser almacenados. 

Por poner un ejemplo práctico, en las zonas rurales de Nigeria, muchos granjeros carecen de transporte, agua y electricidad, pero uno de sus más grandes problemas es la imposibilidad de preservar sus cosechas. Con el pot-in-pot, sus tomates duran 21 días, en vez de los dos o tres sin el uso de este sencillo sistema. 

Dado que este trasto es sorprendentemente sencillo de crear y operar, hay que advertir lo siguiente: el pot-in-pot no es un congelador, sólo tiene la capacidad de reducir en varios grados la temperatura ambiente, pudiendo conservar los alimentos frescos. Por lo que el término "refrigerador" que se utiliza en el título del presente tema, está muy sobrado, quizás "enfriador" sea la palabra indicada. 

En el tema que nos ocupa, puede quitarnos varios dolores de cabeza dentro de nuestro búnker, ya que si se carece de energía eléctrica cuando se está asediado por la horda putrefacta, la despensa perecedera se mantendrá en buen estado por varios días. 

Aquí se explica la manera de hacerlo y operarlo:

 

Calendario de pin-ups zombis

Por cortesía de Blogger in the Shadow.

Hace mucho tiempo os anunciamos la existencia de ZombiePinups.com. No confundir esta web con la que os anunciamos a continuación...

Ahora, desde MyZombiePinup.com nos traen un interesante calendario de oficina que os dará el espaldarazo necesario para ese ascenso o ese aumento de sueldo que todos deseáis. Ponedlo bien a la vista, que se vea desde todas direcciones, que todos vuestros compañeros de trabajo puedan admirar la belleza de estas zombis.

El calendario, válido hasta enero de 2010, podéis comprarlo por 19,99 $. Merece la pena ser despedido por hacer ostentación de algo semejante. Cuando os digan aquello de «Por favor, ¿podría pasarse por Recursos Humanos? Será solo un momento...», os levantáis y sacáis el bate de béisbol de debajo del escritorio...

Os dejo con algunas imágenes. A algunas, pese a todo, se las ve muy lozanas. Ojito con el rigor mortis, no vayamos a tener una desgracia...

Bosquejo de la evolución de los zombis en el cine

Como he visto que el artículo acerca de Romero y la evolución que ha dado a sus zombis ha tenido bastante aceptación, trataré de hacer un repasito nombrando los puntos fundamentales de la historia de este monstruo tan querido por nosotros.

Todo comienza con William Seabrook a mediados de los locos años 20, un escritor más famoso por sus ingestas de alcohol que por lo que escribe, que decide viajar a Haití y confeccionar uno de sus libros de viajes: La isla mágica. La sociedad de su tiempo alucina con los relatos de Seabrook y el cine se interesa en seguida por esa figura alargada que camina encorvada de noche por los campos de caña de azúcar...

Luego, la paranoia anticomunista de la guerra fría (y otros factores) dan lugar a las películas de extraterrestres que pretenden dominar nuestro planeta y muchas veces convertirnos en sus esclavos o simplemente obligarnos a renunciar a las diferencias individuales (¡las sacrosantas diferencias individuales del bendito capitalismo!). Y claro, también surge aquí la figura del muerto viviente, unas veces como el arma que emplean los extraterrestres para hacer sucumbir la sociedad, y otras siendo los propios extraterrestres un tipo de muerto viviente del espacio exterior.

En 1968 diez personas unen su dinero y sus fuerzas para realizar la película que cambiaría el panorama zombi mundial: La noche de Anubis. Finalmente la película se llamaría La noche de los muertos vivientes y en ella se nos muestra lo que a todos nosotros, amigos de zombi.blogia, nos pone palotes: el no muerto sin alma, sin sentimientos, sin otra pretensión o preocupación que devorarnos a todos. 

En Night los muertos vivientes romerianos estaban en pañales, si se me permite a expresión, pues todavía no se tenía nada claro qué podían o no hacer y hasta dónde se pretendía llegar con ellos. De ahí que tengan miedo a las luces brillantes, eviten el fuego, usen piedras y se coman a la parejita asada a la parrilla. Romero mismo ha reconocido que todo estaba comenzando y que a ello se deben estas disparidades de criterio. La niña del sótano que enarbola la paleta de albañil fue una concesión necesaria: resultaba demasiado duro en 1968 ver a una niña atacar a dentelladas a su madre.

A partir de ahí surge el zombi moderno, con todas sus múltiples variedades, cada una con sus virtudes y sus defectos. Es nuevamente Romero el que da el mejor golpe de efecto y sienta absolutamente sus bases en Dawn y finalmente en Day, donde se dejan entrever algunos aspectos que para mí, serán sacados de quicio en Land.

Cuando surgieron los zombis rápidos hubo muchos que pusieron el grito en el cielo. Zack Snyder quiso que los zombis de su remake de Dawn fueran de los rápidos, como los que todos habíamos visto en 28 días después (una joyita en su primera hora de metraje) el año anterior. Dijo que tal y como había cambiado el cine en los últimos años, unos zombis lentos no asustarían a nadie. Puede que se equivocara o puede que no. Lo cierto es que conozco a muchas personas a las que los zombis lentos solo les producen risas y aburrimiento. Los que somos adictos al género seguimos prefiriendo a los lentos, pero yo no soy de los que critican a los zombis rápidos por ser simplemente rápidos o los llaman, despectivamente, «infectados». Pese a todo, los zombis rápidos conservan ese espíritu zombi de masa salvaje que avanza (eso sí, a toda hostia) en pos de tu carne sin detenerse ante nada ni nadie. Ese es el horror zombi para mí: el avance inexorable e inexplicable de unos muertos que ansían mi carne y la de los míos.

Posiblemente los primeros zombis rápidos, y también los primeros zombis que demuestran saber usar armas de fuego y hasta pilotar un avión, son los zombis atómicos de Paura sulla citta contaminata (1980), la película italo-española ambientada en Madrid (con Paco Rabal y Mel Ferrer). Pues bien, incluso esos zombis la mar de astutos no rompen del todo ese hilo romeriano pues realmente nada se nos explica nada acerca de su comportamiento. Simplemente les vemos atacar a saco y destruirlo todo a su paso, como una especia de carga zombi de mamelucos. Usan armas, pero no les vemos en primer plano pensando «qué hijoputas son los humanos, se van a cagar, ¡por éstas!». Sino que son un enemigo que nunca llegamos a comprender y que desaparece como vino.

Pero Romero no, él tenía que dar una vuelta de tuerca a su monstruo y dotarlo de conciencia social. Estoy a favor de ciertos recuerdos residuales en la mente de los zombis (ir al súper con el carrito de la compra, o lo que llegó a hacer Bub, aunque incluso aquí ya a Romero se le va la mano), pero no que entren en su podrida sesera conceptos como la venganza, el rencor, etc.

Lo que aterra del zombi romeriano es que se comen a dios por una pata y piden otra ración, así sin más, no porque les caigas bien o mal te vas a salvar o morir antes. Les da lo mismo: eres carne y tienen hambre. Van a por ti, van a por todos y te buscarán allá donde estés. Cosas tipo pensamiento colmena que les doten de cierto comportamiento estratégico me parece perfecto. Pero no que se mezclen en la ecuación zombi valores o defectos humanos como la venganza o la conmiseración hacia sus semejantes, que eso no tiene ni pies ni cabeza en un universo zombi. Los zombis hace tiempo que perdieron las virtudes y los defectos propios de la naturaleza humana, para bien o para mal. Si no se enfadan porque no consigan terminar un sudoku, por qué iban a sufrir por ver cómo son eliminados sus iguales. Ver a Big Daddy/Moisés mirando al cielo como diciendo «A Dios pongo por testigo, que mi familia zombi no volverá a pasar hambre» resulta tan demencial como lo sería ver a Vivien Leigh con un puro en la boca diciéndole a Clark Gable «Rhett, me encanta que los planes salgan bien»...

 

EDITADO: Nuestra amiga Nata nos ha recordado que en nuestro bosquejo de los zombis en el cine nos hemos dejado en el tintero a nuestros amigos orientales. ¡Gracias, Nata! Pues bien, amigos de zombi.blogia, los zombis chinos son un caso muy sui generis de zombi, para algunos el mejor de todos o, al menos, de los más hilarantes. No tienen nada que ver con la tradición occidental ni la antillana. Son más un tipo de vampiro polvoriento que va dando saltitos en pos de su víctima.

No repetiré aquí lo que hablamos ya en su día; me limitaré a poneros el enlace al artículo de los zombis chinos y otro para ver uno de los mejores vídeos de la historia del cine de zombis: Kung Fu Zombies!

Ahora entenderéis a qué se refiere Nata con lo de no olvidar los platillos... XD 

Digresiones romerianas

Este artículo ha de leerse mientras se escucha la canción George Romero de Sprites, que sabéis que está entre nuestras favoritas.

Ayer tuve una charla muy interesante con Blogger in the Shadow acerca de las dos últimas películas de Romero. En su día, ambos coincidimos en que Land of the Dead era un espectáculo lamentable, una bajada de pantalones, una caída libre de graves desde la cumbre del cine apocalíptico. Solo salvamos el «momento Manolete», jejeje...

Pues bien, ayer comentábamos los pormenores de su próxima incursión en el género zombi, que si iba a rescatar a los personajes reservistas de la guardia nacional que saquean a los protas de Diary y a la tipa que decide abandonar la casa. Inevitablemente, saqué a relucir la tan manida frase: Romero está acabado. No hace otra cosa que tratar de remedar glorias pasadas. Si bien Diary me parece más decente que Land, supone un momento aún más crítico si cabe: como leí en Los muertos andan, le decía a Blogger, Diary es como si una mujer vieja y muy gorda se vistiera de adolescente apretada y quisiera con ello resultar atractiva.

Pero entonces Blogger me abrió los ojos: si Diary la hubiera hecho cualquier otro director no habría recibido tan duras críticas. El problema de Romero es que lucha contra sí mismo. Eso es cierto. Y también lo es el hecho de que ya no es el que llevó a cabo esas magníficas películas de antaño. Y al volver al terreno de los muertos vivientes, se queda inevitablemente a la sombra de sí mismo, que es como la del ciprés, muy alargada. 

Como decía, si la hubiera hecho otro director, habríamos dicho: oye, pues no es una gran peli pero se deja ver infinitamente mejor que otras que nos tragamos casi a diario. Es decir, que es una peli mediocre, eso está claro, pero que no es tan mala como la queremos ver muchos fans romerianos que nos sentimos heridos por el flaco regreso a los muertos vivientes de este director tan querido.

Porque alguien dijo una vez que el fan del cine de zombis es como el histórico seguidor del Atlético de Madrid. Para ver ganar a su equipo una vez, lo ve inmerso en cientos de derrotas y sinsabores. Un empate es una victoria, una derrota, un día más, y una victoria... una victoria es casi un orgasmo.

De igual manera, el fan de los zombis se traga unas mierdas de pelis sobre las que nadie más pondría los ojos y pide otra ración. Cuando se encuentra con pelis como Diary, que son un empate como los que hablábamos antes, una peli mediocre, hasta se contenta, y cuando se topa con obras maestras... pues se quiere morir del gusto. Y el empate de Diary nos sabe mal porque Romero nos tenía acostumbrados a ganar por goleada. Pero el  Romero de ahora no es, para nada, el Romero de antes. Y sí, se le debe respeto, pero no sin aclarar que ha perdido mucho como director (en sentido lato). 

¿Qué podemos esperar de la nueva peli de zombis de Romero? En mi opinión, más de lo mismo: un intento por su parte de renovarse, sin conseguir otra cosa que morir en el intento.

Cuadros para el búnker postapocalíptico

El bueno de Big Daddy (a punto de ser padre, vaya nuestra enhorabuena para la mamá, para él y para el pequeño Emiliano, como tendrá a bien el bebino en llamarse) ha tenido otra gran idea. Basándose en los cuadros que lucen los directivos de las grandes corporaciones en sus despachos con el fin de incentivarse y enfocarse a una mejora para la empresa, ha creado una serie de cuadros que bien podrían colocarse en los muros de nuestro futuro búnker postapocalíptico. El fin de estas obras de arte milenarista no es otro que el de cimentar nuestra cordura en unos valores firmes que nos permitan sobrellevar el día a día de la lucha por la supervivencia en un mundo donde los muertos reclaman el lugar de los vivos... y su carne. De modo que el objetivo no es otro que el de decorar las frías paredes de nuestro reducto y animarnos a seguir en nuestra lucha, por tímida que ésta pueda parecernos.

Y sin más preámbulos, he aquí la primera colección de cuadros para nuestro búnker, cuadros que nos inspirarán a no cejar en nuestro empeño de seguir siendo uno de los vivos (pinchad sobre ellos para ampliarlos):

 

 

Espero que os hayan gustado y ahora os sintáis con el ánimo renovado para aguantar al menos otro día más tras los muros de vuestro fortín.

Manual de supervivencia en la playa

¡Atención todos, amigos de zombi.blogia! Es de vital importancia la lectura y transmisión a todos los que os rodean del último manual de supervivencia apocalíptica de nuestra querida amiga, la inefable abuelita de nuestro blog, Big Granny. Si estáis disfrutando en estos momentos de unos días de apacible (¿o desquiciante?) retiro en la playa, habéis de saber que os hayáis posiblemente en uno de los peores escenarios inimaginables en caso de Apocalipsis Zombi. Lo ideal es que nunca, bajo ningún concepto, os expongáis de semejante manera; pero si os veis obligados por la familia a compartir unos días en un litoral cualesquiera, por favor, leed este manual. Os aseguro que el melanoma producido por la radiación ultravioleta será el menor de vuestros problemas...

Se podría hacer una versión apocalíptica de ciertos anuncios de crema depilatoria: a la pregunta de «¿a la playa o a la montaña?» (ni que decir tiene que siempre habría que escoger la segunda opción), la muchacha respondería, mostrando sonriente el flamante manual de Big Granny: «¡a la playa con zombi.blogia!». Pese a ello, insistimos que siempre es más seguro, apocalípticamente hablando, optar por un turismo lo más rural posible.

Podéis hacer clic en cada una de las imágenes para ampliarlas.

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Súper Paco contra los muertos vivientes:

Por favor, si os encontráis disfrutando de vuestras vacaciones estivales y os sucede algo similar al vídeo que os mostramos, no hagáis como el tal Súper Paco y os dejéis rodear por ellos tan fácilmente. No basta con hacer gestitos con las manos para evitar ser devorado por las hordas no muertas. Y lo sabéis. Así que tomaos esto como un EJEMPLO de lo que NO SE DEBE HACER.

Y no bajéis la guardia. La canción de este verano podría ser lo último que escucháramos emitido por la radio...

Parece que el vídeo no se reproduce correctamente. Haced click aquí para verlo.

Amnistía Animal de Madrid y España, país de locos

Quizá esto no sea lo que uno espera encontrar en zombi.blogia, pero me da igual. Me parece legítimo usar este espacio para hacer alguna que otra reivindicación, por otro lado tan legítima como ésta. 

Visitad Amnistía Animal de Madrid, organización que se dedica a denunciar los malos tratos a los animales. Si muchas veces los malos tratos a los seres humanos quedan impunes o la legislación es deficitaria e inefectiva, imaginaos cómo no serán las cosas en la violencia contra los animales.

Podemos recordar el caso de un maldito bastardo, un auténtico hijo de la gran puta, un cerdo hijo de veinte padres, un, y perdónenme la expresión, un ciudadano que pasará a la posteridad con el sobrenombre del Matagatos de Talavera.


A este le daba yo un buen Apocalipsis Zombi, justo entre las piernas...

Y sobre los toros qué voy a decir. ¿Cómo podemos mirar con reprobación a Canadá por las horribles matanzas de focas o a Japón por la captura ilegal de ballenas o al Reino Unido por la caza del zorro, etc., cuando en nuestro país tienen lugar cosas tan horribles como la mal llamada «fiesta» de los toros? Por no hablar de la cabra a la que se arrojaba del campanario, el toro de la Vega (toro muerto a lanzazos y al que se le amputan los testículos), los toros embolaos (toros y vacas con antorchas encencidas en los cuernos con los que se hace un encierro) o los toros de Coria (posiblemente una de las costumbres más sangrientas, que consiste en que al toro suelto por las calles de Coria se le disparan miríadas de dardos de todos los tamaños que hacen que pierda poco a poco hasta la última gota de sangre, para finalmente recibir un aliviador tiro con una escopeta).

Si tenéis valor, pinchad en las fotos para ver los vídeos. Esto no puede seguir así.


Toro de la vega atravesado de parte a parte por lanzas que aún se mamtiene en pie para regocijo de esa panda de hijos de puta.


Toro de Coria con cientos de dardos. 

¡Qué país, amigos, qué país...! 

Como decía Siniestro Total: «Alégrame el día, torero, alégrame el día...»

EDITADO:

 

He estado recopilando información acerca del Matagatos de Talavera y sus secuaces. Resulta que por ahí andan circulando sus direcciones y sus teléfonos. Así que no tenéis más que buscarlas si deseáis mostrarles vuestros respetos. No las pongo aquí porque me han (habéis, jeje) aconsejado que no lo haga.

También he encontrado este texto citado, por lo visto perteneciente a una página web de tuenti que ya no existe, en la que amigotes (con nombre y apellidos, ojo) del Matagatos, Jaime Ferrero Ávila, le animan de todo corazón a base de comentarios. Esto me da todavía más pena, porque deja de parecerme un acto aislado, fruto de mentes perturbadas y poco numerosas, a ser un pandemonium de inhumanidad:

«Jaimito hasta has salido en la prensa internacional…ajaja…no t preocupes..esto es una conspiracion de zp….te iba a regalar unos gatitos…1 abrazo golfo!!!! Ángela Bermúdez Carrasco Hoy a las 10:26Jaime… para lo que necesites, ya sabes… tranquilo, que hay mucho exagerado por el mundo…un besito Estefania Moro Garcia Hoy a las 10:21hOlaaa!! q tE a paSado??? jeje q mE a diixO mii padRe q as saliidO en La radiiO y eN el peRiodiicO!! madRe miia!! bEsiitOs!! Jaime López Moro Hoy a las 10:18Jaimito eres un héroe cojones!!!!!!No te hagas caso de la pandilla de maricas éstos cómo Ivan Fdez, que el va a coger fama de trucha….

Cuando te vuelvas a encontrar más gatos muertos me llamas…

Hoy a las 09:42no me esperaba eso de ti…lo de los gatos…asi vas a cojer mala fama XD

Hoy a las 00:35No haremos montañas de una tontuna…ahora vas a ser el unico que se ha ido “A GATOS”…que les follen primo…un abrazo cachucha!!!

Hoy a las 00:03Amor, para hacerte famoso solo tienes que hacerte fotos con Alex, Marta y Kiko (India) y por lo menos ganas dinerillo en los platosssss!!! jajajaja, es broma amorrrr!!!!!! Todo ira bien

27 Feb a las 22:47jaimeee tuu con tal d hacerte famoso…..esos son tus fanss…tu tranki,muak!

27 Feb a las 22:39Estoy con Isra, Jaime yo también he matado gatos y todo bicho viviente queno me gustaba. Lo que necesites

27 Feb a las 22:38Jaime que famosete eres, gg. bueno espero que todo se quede en un susto…muaaa Estefania Montero Diez 27 Feb a las 22:27Jaime,lo he leido en el mundo,no te preocupessss.hablamos,ok?un bso

27 Feb a las 22:24pero bueno JAIME! vaya sorpresa me he llevado al leer el mundo y verte!que sepas que en la finca tengo mil gatitos..y como te viera haciendoles algo sacaba la escopeta!jajajajaja

27 Feb a las 22:21Amor ya me han contado lo que ha pasado y ahora lo he visto en internet, tranqui que todo va a salir bien…eres lo que no hay!!! jajajaja

muaaaaa

27 Feb a las 21:21no te preocupes a los q abia q denunciar es a los del P.S.O.E xo por existir

27 Feb a las 20:49Antigatos callejeros siempre!!Jauma YO TB HE MATADO GATOS!!!

pedro pablo Says:

Febrero 28th, 2008 at 12:45 No se si habeis visto el mensaje del tal Romero

Sois todos unos hijos de puta Says:

Febrero 28th, 2008 at 2:21

A ver subnormales…iluminados por greenpeace..son putos gatos callejeros…que si sentimientos…que si son seres vivos..anda y que os follen oportunistas de mierda…si sois de talavera ya sabeis donde encontrarnos...»

 

 

En fin, un infierno...

 

RE-EDITADO

Visto con calma y desde la distancia, en el vídeo de la muerte del toro de Coria, donde aguijonean sin descanso al toro hasta dejarlo inerme, nos encontramos con nuestro héroe postapocalíptico o antediluviano (según si sales o si entras), un tipo llamado Felipe que se planta frente al toro, él todo pundonor. Le imagino nervioso por la grandiosidad del momento, por esta oportunidad que le brinda el destino y que no debe desaprovechar. Como digo, parado frente a ese toro, animalico que es como el primer cadáver de uno de los SARS que encuentras al principio del Resident Evil 1: a mere shadow of his former self. Y lo peor, no es eso, es que la multitud le aclama (subid el volumen de los altavoces) y le grita: «¡Con dos cojones, Felipe!». Yo es que me quedo sin palabras.

El vídeo de Tordesillas es como volver a la Edad Media. Lo presencio y es que no dejo de ver a la caballería ligera española que arroja jabalinas en el Medieval Total War 2. Claro que las aldeanas medievales no eran tan repijas como la tiparraca que sale ahí justificando lo injustificable y haciendo patente su falta de cultura.

Si lo piensas bien, una de las cosas que nos diferencian a las personas de esos seres antropomórficos es que, si bien muchos de nosotros podríamos ser objeto de un estudio de psicología social, ellos solo podrían serlo de la antropología cultural. ¡Primates! 

Ideas decorativas para su búnker

Rafa nos ha enviado este consejo decorativo para que le demos algo de alegría a la huerta postapocalíptica en el interior de nuestro perímetro de seguridad. Así, entre patatas y tomates, podemos hacerle un hueco a nuestro amigo Zed, que a buen seguro le aportará un toque muy fashion y exclusivo al bancal de todo buen superviviente del Apocalipsis Zombi. Por 90 dólares podéis ser la envidia de vuestros vecinos de búnker. Me recuerda un poco a los hombres que salían de la tierra en Amanece que no es poco, obra cumbre del surruralismo español. Bueno, que brotaban de la tierra, si no se agostaban, como Garcinuño. Os dejo con un vídeo del Apocalipsis visto por los ojos del excelentísimo director José Luis Cuerda.