La rabia que vino de dentro de era zombi
El otro día tuve la rara fortuna de que pusieran por la tele Shivers, para nosotros Vinieron de dentro de. Si lo piensas bien, el título con el que se la conoció en países de habla hispana es bastante malo. Pero por aquel entonces te acojonaba bastante su sola mención. Me imagino al responsable de la adaptación de los títulos al español entregando muy ufano a su supervisor un papelito que dice Vinieron de dentro. Y a su supervisor mirándole con reprobación y corrigiéndole de dentro de, digo yo. El caso es que la película para mi era el paroxismo del mal rollo, casi comparable a las escenas del cine y el supermercado de Mesías del Mal o a la película aquella de terror de la monja ciega, vigila que te vigilaré siempre al Maligno. Recordad: antes que los metros cuadrados, los dormitorios, que si la cocina no es independiente y luego huele el sofá a cebolla, un pub ruidoso en la puerta, antes que todo eso, el verdadero y principal motivo que ha de llevaros a decidir no comprar o alquilar una casa es que veáis una monja ciega mirando día y noche por la ventana sin pestañear. Esto nadie lo supera, ni Cronenberg. Eso sí, los adolescentes encuentran muy interesantes algunos planos de su película. Pero lo que impera es un desagrado oral, por decirlo de algún modo, que en mí produce verdadera sensación de pánico, más que nada por la herida que algunas de sus imágenes abren en la moral judeocristiana.
Solo el principio ya es magistral: con esa chica casi en edad de merecer, jeje, y el fulano va y la mata, la abre en canal y le saca nosequé de las tripas. Y entonces es cuando se lía... y eso se transmite como una enfermedad venérea, como la famosa enfermedad del beso que la llaman, y todos los que se dejan llevar por el pecado se precipitan al infierno de convertirse en huéspedes de unos parásitos mitad babosa, mitad ventrículo izquierdo, que les llevan a expandir sus larvas a base de morreos de tornillo. Esta es la parte de la trama que comenté anteriormente que tanto satisfizo a los adolescentes.
Tras la película, cual no sería mi sorpresa, resulta que iban a hablar muchos críticos y a dar sus opiniones sobre la peli y Cronenberg en sí mismo, el momento de la película, la etapa canadiense, etc. Estuvo francamente bien, pero me decepcionó. Y es que en ningún momento dijeron: es una peli de zombis. No es que crea que lo primero que se ha de decir de esta película es que sea de zombis, aunque eso es justo lo primero que diría yo, pero obviarlo por completo no me parece natural ni que se ajuste a la realidad. Hubo uno que dijo que se trataba de una epidemia de vampiros, una nueva forma de vampiro. Pero, que no, que eso nunca lo haría un vampiro. Los vampiros cuidan de su rebaño como buen granjero. Los zombis no, los zombis hacen la guerra blitzkrieg desde el minuto uno, aunque sean de los lentos, creeme. Esto son zombis, y no creo que resulte factible negarlo. Ya sabéis que desde zombi.blogia siempre hemos querido reivindicar como nuestras, como pelis de zombis, obras maestras como Los pájaros, Asalto al distrito 13, Perros de paja, Cuando ruge la marabunta, El día de los trífidos, todas las de body snatchers y tantas otras, de entre las cuales, varias son del señor Cronenberg: Rabia y Vinieron de dentro de.
Ambas comparten la idea de paciente cero, enfermedad, contagio y consiguiente epidemia, el famoso the world as we know is no more, la idea de transformación en un ser patológico con instintos homicidas, un zombi, como se ve en la escena final de la piscina muy a lo Rocky Horror Picture Show en el going home pero con larvas como nudos de corbata, momento mítico, un zombi repito, eso sí, plagadito de reminiscencias sexuales y aureolas mamarias entrevistas. En una nuestro héroe es un anciano socorriendo a una ancianita atacada por el señor mojón, vale, que no es el galán,y en la otra un muchacho cuya novia se opera de urgencia en una clínica de dudosa reputación y sale de allí con un aguijón zombificador en la axila izquierda que transmite una rabia incontenible y contagiosa y mediante el cual se alimenta. Como dice el trailer de Rabid: no te fíes ni de tu madre. ¿Eso no es espíritu zombi?
A parte de todo esto, cabe destacar el infierno opresor y claustrofóbico que supone el edificio, con esos pasillos, con tanta línea recta y esos tonos pastel y ocres... ¿O eso era la moda?
PD: toda buena película de terror tiene su momento baño.
12 comentarios
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Wannabegafapasta -
canibal -
Por cierto, ese si que sería un buen apocalípsis... :D muy amoroso.
Z0MBI -
Canibal -
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Z0MBI -
Sergio -
Orgias por doquier, urgencias sexuales incontenibles a nivel internacional...
El mundo unido en orgasmos al unísono...
No suena nada mal..
Hasta seria un buen final para el mundo...
...
Cronemberg Rules!!!
Sin duda alguna: Long life to the new flesh!!!!
Z0MBI -
:D
Pues ya me instruirás en la disciplina de la nueva carne.
alfie -
Z0MBI -
Gracias por la recomendación y LONG LIFE TO THE NEW FLESH!
Homo Insanus -
Aprovecho para recomendar "David Cronenberg. La estética del cine", de Jose Manuel Gonzalez-Fierro, editado por Nuer Ediciones en 1999.
Y sí, claro que puede englobarse en cine zombítico (juas, palabro nuevo, creo) esta peli, :).