Cadáver exquisito viviente
Esta entrada, como ando con poco tiempo últimamente, la escribiremos entre todos juntos, si os parece bien. Es una idea que has surgido esta tarde en mi búnker hablando con Nata, de Lunares en los bolsillos (quien va a realizar un cadáver exquisito paralelo), y Alfie, de Videodromo (perdonadme que no haga enlaces, es que mi mac hace cosas raras con la mierda esta de blogia.com). Se tratará de un relato que crearemos entre todos sucesivamente, basándonos en lo anterior que leamos, a modo de "cadáver exquisito". Es decir, comienzo el relato y cada comentario subsiguiente ha de continuar la historia en el punto en que se quedó. El objetivo es crear un relato de género zombi con el mayor número de aportaciones posibles. Pudiera darse el caso de que dos personas estuvieran escribiendo al mismo tiempo a partir de un mismo punto de la acción y ambos publiquen su continuación casi al unísono. ¿Qué hacer en dicho momento? Uuummm, se aceptan sugerencias en ese sentido... Quizá una buena política es o bien escribir poco y con rapidez, o bien tener abierta una segunda ventana del blog que sea actualizada en varias ocasiones con el fin de ver posibles avances en la trama. Tampoco creo que este vaya a ser un problema frecuente, ¿no? Por último inicio el relato en segunda persona del singular, como si estuviera narrado a la manera de aquellos libros de "Elige tu propia aventura" y los librojuegos tan populares de los años ochenta. Soy un romántico, qué le voy a hacer. Sin embargo, cualquier cambio en este aspecto será bienvenido si lo creéis procedente.
Pues nada más. Espero que nos divirtamos con esto. =D
La castradora alarma del móvil llega hasta tus oídos y te obliga a abandonar abruptamente cualquier visión onírica que estuviera teniendo lugar en tu cerebro. Una inusitada claridad se cuela por las persianas de forma insolente, como reclamando que tus músculos se pongan en movimiento y procedan a transportarte hacia la alienación cotidiana del quehacer diario. Compruebas, alarmado por la claridad circundante, que no te has quedado dormido ni nada parecido. Entonces recuerdas que fue el sábado por la noche cuando medio planeta se puso de acuerdo en que a las dos de la mañana serían las tres. Tanquilo, aunque molesto y con el sentimiento de haber sido víctima de una estafa a escala planetaria —los humanos jugando a ser dioses, al margen de la naturaleza, como de costumbre— te pones en pie con rapidez y te diriges al cuarto de baño. Mientras te estás duchando te parece oír tu móvil sonando en un par de ocasiones. Te resulta extraño recibir llamadas a estas horas, pero decides terminar de asearte en vez de salir empapado a contestar.
Sales del baño y te pones la ropa interior, es entonces cuando recoges el móvil de entre las sábanas y compruebas que tienes tres llamadas perdidas de Bárbara. Casi consecutivas. No tienes ningún mensaje de voz grabado. Decides llamarla para ver qué le urgía tanto como para llamarte con tanta insistencia a las siete menos cuarto de la mañana. Su móvil está apagado o fuera de cobertura. Aun así le dejas un mensaje de voz en su buzón. Como te has entretenido más de lo debido en la ducha, optas por beberte velozmente un vaso de leche y dejar el desayuno para cuando llegues al trabajo. Qué daño no habrán hecho las máquinas de café y las expendedoras de comida a la salud de los trabajadores de hoy en día.
Apagas la luz del pasillo de entrada, cierras con llave la puerta y llamas al ascensor.
28 comentarios
Miss Oli -
Han pasado doce años y ya no queda nada de esa complicidad que no necesitaba de palabras. Se aburren, pero se dicen que aun se quieren, son tantos años juntos...
Ellos fueron dos de los 134 supervivientes de su ciudad, del millón doscientoscuarenta y siete mil de su país. Dos de los trece millones de personas que sobrevivieron a la ecatómbe nuclear. Esto sucedió hace doce años, como he dicho...pero todo el mundo parece haberlo olvidado ya
Koryrik -
- Vamos a arriba, a la buhardilla. No creo que la puerta les detenga durante mucho tiempo.
Vais al piso de arriba y Bárbara baja la escalera que da a la buhardilla. Subís arriba y recoges la escalera para evitar que os sigan. Te acercas a la única ventana y miras a través de ella, toda la calle está llena de ellos, hay cientos.
A los pocos minutos, se oyen ruidos en el piso de abajo, cristales rotos, golpes, parece que han entrado y que se acercan. Abres la ventana y ayudas a Bárbara a salir al tejado, hasta la parte más alta del mismo. Desde allí puedes ver alrededor de toda la manzana parece que hay miles en los alrededores, una auténtica pesadilla.
- Bárbara, estoy seguro que nos ayudaran, no te preocupes.
Oyes el sonido de un avión y localizas su estela en el cielo va muy rápido, alejándose del lugar, entonces su sonido deja paso a otro sonido silbante que se hace más fuerte a cada momento que pasa.
En una fracción de segundo se produce una explosión nuclear que arrasa por completo la ciudad y a todo lo que habita en ella, incluyéndote.
PD. Espero que no os importe que de por acaba la historia, pero así tiene un final :)
Odal -
gilboy -
aun quedan cuatro pero ya no parecen un reto para ti ,haci que te lanzas contra el que esta detras del que acabas de matar y lo empiezas a golpera inmicericordemente hasta averle vuelto el craneo papilla , mientras estas distraido uno de los tres restantes se te hacerca por la espalda y te sujeta listo para pegarte un mordisco en el cuello asi que retrocedes con el tipo arrastrandolo hasta estrellarlo conta un ramario donde se guardavan las sotanas del pastor de la iglesia, es en ese momento que te das media vuelta y le vuelas la cabeza de un home-run , ya solo quedan dos, asi que tomas el barrote y se lo clavas entre los ojos al que queda proximo a ti y al verlo caer como costal te sientes animado pero... mientras caes al suelo con el tipo que quedava en pie
y lo unico que puedes pensar es que ya todo se avia solucionado y que pintava mejor todo se va lenta mente al carajo, y al azotar y empezar el forcejeo por tu vida pasa algo inesperado...
Big Daddy -
Una voz en monoaural hace eco en tu cabeza como si el sonido rebotara en las altas paredes de la sacristía.
Jorge
Ese es tu nombre, alguien te está llamando, pero lo racionalizas tanto que lo encuentras absurdo.
Jorge
Después de las horas de pesadilla que has vivido, recibes el cálido toque de una voz femenina que te llama, percibes en el tono cierta mezcla de sorpresa, felicidad y terrorífica angustia, pero sobre todo, familiaridad.
¡Jorgeeeeeeeeee!
Ahora no está sonando en tu cabeza, alguien te grita desde lo alto de la sacristía, sales de tu instantáneo letargo y comienzas a buscar apresuradamente el acceso hacia la parte alta del recinto, las lágrimas en tus ojos que antes eran de impotencia, dolor y miedo ahora son de completa alegría, éstas no te dejan ver muy bien, tropiezas y das tumbos en tu loca carrera mientras subes por una estrecha escalera. El camino se vuelve cada vez más difícil de acceder, pues cualquier cantidad de muebles y artículos religiosos de gran tamaño bloquean el acceso como una improvisada barricada. Llegas a un punto donde la luz apenas entra y distingues que unos arañazos ensangrentados en la pared rotulan los fallidos intentos por llegar hacia la apetitosa presa que les esperaba acuclillada detrás del oscuro fondo de un pesado y robusto armario.
¡Bárbara, mi amor, ¿estás ahí?!
Gritas mientras intentas desatorar con verdadera rabia unas pesadas sillas de madera que te bloquean el paso.
¡Jorge! ¡Aquí estoy! ¡El armario me tiene atrapada! Puedo ver que está apoyado sobre un pedazo de parquet desgastado ¡si tu jalas, yo empujo y podré liberarme! te grita con una casi afónica voz.
Está bien le dices- ¡contaré hasta tres y lo movemos!, 1, 2, ¡tres! con el esfuerzo sobrehumano que puede generar la adrenalina, logras volcar el pesado armario, éste a su vez, y con gran estrépito, arrastra los muebles aledaños como si fueran piezas de dominó y comienza una reacción en cadena que termina lanzando por la escalera varias piezas de mobiliario haciendo un gran escándalo.
Después del estrépito y jadeante por el gran esfuerzo te volteas y la logras ver, no era la Bárbara que salía de la alberca con un sensual bikini mirándote a los ojos, no era la Bárbara que te acompañó a aquella fiesta ejecutiva del trabajo con ese vestido que la hacía ver despampanante, era una Bárbara desaliñada, con la ropa sucia y hecha jirones, las rodillas raspadas y ensangrentadas, los nudillos rojizos y las cuencas de sus ojos salpicadas de lágrimas negras que escurrían hasta sus mejillas. Eso para ti, en aquel momento, era el verdadero cuadro de la belleza, estaba viva, sollozante y de pie ante ti. Con una mirada se dijeron todo y nada. Reclamos, gratitud, perdón, ternura y un sinfín de te amos sólo con su mirada, hasta que sus cuerpos chocaron en un gran abrazo al cual le siguió un largo, apasionado y asfixiante beso. Aún abrazándose y besándose, fueron lentamente cayendo al piso y ahí permanecieron en silencio un buen rato disfrutando del feliz encuentro.
Después de saber que tu amada estaba sana y a salvo entre tus brazos, tu cuerpo comenzó a bajar la guardia y decidió cobrar factura de todo cuanto habías padecido, no desayunaste y sólo las descargas de adrenalina te mantenían en pie, las heridas y golpes comenzaron a doler con más intensidad, tu hombro, tu cabeza, parecía que un puñado de personas te apaleaban sin misericordia.
Piensas que te vas a quebrar, que estás a punto de desmayarte y claudicar, pero vuelves tu mirada a tu amada, su nariz hundida en tu pecho, sus manos acariciando tu cuello y la calidez y el aroma de su cuerpo llenándote por completo. Esa es suficiente gasolina para tí, los dolores comienzan a ceder, los huesos y músculos doloridos se anestesian ante esa vista. Piensas que si bien en la mañana eras un simple oficinista con una monótona vida y de carácter algo débil, en ese momento te dabas cuenta que la fragua apocalíptica te había convertido en un hombre capaz de superar los más difíciles escenarios para conseguir a tu ser amado. De ahora en adelante tendrás a alguien a quien cuidar, defender y sacar de aquel infierno a costa de tu vida si es necesario.
Tus pensamientos son interrumpidos por un gran estruendo en la puerta de la planta baja de la sacristía, ahogas con tu mano rápidamente el grito que instintivamente Bárbara iba a emitir, mientras pones tu dedo índice en tu boca.
Se escucha a varias personas que entran y registran torpemente el lugar. El pesado jadeo y los gruñidos te indican que los visitantes no son del todo agradables. Lentamente te acercas en la orilla del pasamanos de la escalera, y entonces los ves, son siete y por sus ensangrentadas caras, te das cuenta que ya han probado carne humana. Están al acecho, saben que su comida está cerca, olisquean el recinto, voltean torpemente sus cabezas a sus costados esperando escuchar que algo delate a sus víctimas para lanzarse contra ellas.
Por tu parte echas un vistazo a tu alrededor, no más puertas ni ventanas, estás en un verdadero callejón sin salida, calculas las posibilidades de que ellos no encuentren las escaleras a tiempo de que uno de ellos se apoya en el pasamanos y comienza torpemente a subir, Absorto en los acontecimientos, sin darte cuenta, Bárbara está atisbando la escena por encima de tu hombro y comienzas a sentir un temblor en su cuerpo, una lágrima cálida cae en tu hombro y automáticamente recuerdas lo que hacía un momento pensabas de ti mismo. Tomas un pesado barrote de madera que está cerca de ti, la hora de probar tu valía ha llegado. Respiras profundo aprietas el madero y dejas a Bárbara hecha un ovillo en la orilla de la escalera. Le haces una seña con tu dedo poniéndolo en tu corazón y ella te corresponde haciendo el mismo movimiento.
Siete contra uno y mi ticket de salida de esta ratonera en la que estamos metidos musitas Bien, preparado o no, ahí voy
Z0MBi -
Reculas, pegas la espalda contra la pared. Les miras fijamente buscando algún rastro de humanidad en sus cuerpecitos pequeño que avanzan hacia ti inexorablemente. Solo ves muerte. Guardas tu pistola en el bolsillo de la chaqueta. Levantas sobre tu cabeza el bate de béisbol. Aquel con el que jugabas cuando tenías su edad y lo descargas una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez contra sus pequeñas y maltratadas anatomías...
En unos minutos todo ha acabado. Ha debido ser poco tiempo, pero parece que llevas ahí toda la vida, con el bate enrojecido y la mirada perdida.
¡BÁRBARAAA! Gritas, lloras, te desesperas. ¡BÁRBARAAAA! No ves, quisieras estar muerto. Bárbara, musitas y dejas caer el bate, que resuena con estrépito sobre el suelo de la sacristía que dejó de ser sacra para siempre.
Entonces lo oyes... Viene de lo alto. Lo oyes de nuevo, con más claridad...
"¿Jorge?"...
arturo black fonseca -
Cuanto tiempo parado frente a la puerta, descidiendo si abrir o no. que hay detras...
preguntas, preguntas,... estoy cansado de las preguntas.
Llego el momento. Un golpe seco a la puerta. -PUMH!- me tardo en ajustar mi visión a la luz de el recinto, luz de velas que alumbran en pequeñas y diminutas sombras, nada de Barbara, adios a mi esperanza.. Pequeños crujidos del párque a mi alrededor, pequeños gruñidos, se acercan cada vez mas hacia mi.
DEMONIOS!!! (vaya expresión para un lugar sagrado) tres de estas criaturas, pequeños niños vestidos con ropa sacra, sus caras contra la luz no veo sus facciones. solo un intenso brillo dentro de ojos muertos, ojos que ven sin ver, que cuelgan hacia abajo que no me ven, que solo saben que estoy aqui, miembros rigidos que se esfuerzan en dar un paso detras de otro tratando de copiar a la vida.
Giro y apunto al primer... (cielos es solo un niño) mi dedo se presiona sobre el gatillo y el martillo corre hacia atras dispuesto a golpear la bala.... CLICK! uno.... CLICK!dos..... sin balas...... DEMONIOS...
Grillado por la ortografia -
Si tú pudiste entrar con semejante facilidad, cualquiera podría hacerlo piensas. Inmediatamente te pones en la labor de comprobar el resto de puertas que dan al exterior para evitar sopesas. Por fortuna todas parecen estar bien cerradas. Ahora solo queda la sacristía. La puerta de acceso está cerrada pero te extraña que la llave esté puesta. Con cuidado te acercas e intentas escuchar si hay alguien o algo tras ella.
Se oye un ruido o es una palabra entrecortada. Dudas entre entrar o asegurarte de que esté bien cerrada.
GILBoY -
corres y importar todos lo que escuchas a tu alrededor, entre gritos de dolor alaridos jemidos incluso gritos de auxilio lo unico que te interesa es reunirte con barba a cualquier costo, pero tus animos se ven reducidos al divisar que la puerta de la caza de barbara esta entre abierta.
en ese momento tu mundo se desmorono y solo puedes pensar en acelerar el paso, conforme te acercas mas puedes ver yna gran mancha de sangre que cubre la mayoria de la puerta y parte de la entrada, sin importar nada entras gritando el nombre de barbara sin respuesta y sin importarte si hay alguien o algo mas en la casa(al fin y al cabo si no la encuentras tu mundo sin ella no tiene sentido) recorres cada centimetro de la casa sin ningun resultado nadie vivo o muerto estaba en esa casa, entras ala sala donde te desmoronas y empiezas a llorar desmedidamente, pero cuando alzas la vista ves una posible respuesta, un crusifijo que te hace pensar claro barbara era muy devota.
sin pensar mucho recuerdas que a no menos de 3 cuadras hay un templo cristiano al que asistia barbara, en tu mente ella esta ahi sentada entre las bancas esperandote con los brazos abiertos, mientras corres y tu mente vuela no ves los horrores que te rodean de camino, vacanales de muerte a tu alrededor y como tu precensia alerta de los participantes de estas orgias de sangre.
de manera casi milagrosa llegas al templo sin ningun percase, todo parece pintar mejor hasta que notas que puedes abrir la puerta del templo con mucha facilidad, al entrar aseguras la puerta con una banca y es cuando ves al pastor de la iglesia parado frente al atrio, te acercas a el lentamente y tu epresion se llena de horror al divisar al pastor sosteniendo un cruxifijo lleno de sangre y temblamdo mientras resita un salmo*donec nulum sit inferno mors ambulabi super terram* , y asus pues llacen un par de niños vestidos de monaguillos y algunas monjas con los craneso destrozados.
el padre siente tu presencia y alza el cruxifijo sin decir una palabra pero mirandote lleno de rabia gritando *dios mio por que nos avandonaste!!! * mientras se avalanza contra ti para machacarte como lo avia hecho con los otros.
BANG!!!
el eco de un disparo resuena en el templo espantando alas palomas que dormian en el campanario.
has matado al pastor por puro reflejo de supervivencia y no lo puedes creer...
Koryrik -
Oyes como quitan el seguro de una pistola y notas un cañón en tu cabeza.
Chico, -dice el trajeado- lo has intentado pero no hay forma de llegar al centro. Para el coche que aquí finaliza tu viaje.
Haces lo que te ordenan, ya que no tienes alternativa. Sólo esperas que no te peguen un tiro allí mismo. Parados en mitad de la calle, bajas del coche, y se pone al volante Pedro.
Lo siento, pero no podemos arriesgarnos a quedarnos atrapados dentro de un coche en esta zona, hay demasiados por aquí. Cuando encuentres a tu chica, dirígete a la estación del norte, allí está el punto seguro
Ves como Pedro arranca el coche y pone rumbo al norte de la ciudad por donde habíais venido. Te encuentras sólo otra vez y te das cuenta que no puedes fiarte ni de los vivos ni de los muertos.
El ruido del motor del coche ha hecho aparecer a cinco bichos que se dirigen hacia ti. Empiezas a correr avenida abajo, hacia el centro, sólo a unas pocas calles de distancia se encuentra la casa de tu amada, pero tardarás un poco ya que muchos coches entorpecen todas las calles de ahí en adelante.
Empiezas a pasar entre ellos. De vez en cuando oyes algún gemido a tu espalda pero no te giras y sigues corriendo evitando los cuerpos muertos que hay en el suelo. Como en una carrera de obstáculos esquivas todo lo que encuentras en tu camino. Saltas por encima del capó de un coche y continuas tu marcha, entonces una mano sale de detrás de una furgoneta y te coge por el chaleco antibalas tratas de escapar pero continúa aferrándote más fuerte no quieres morir allí, no cuando estás tan cerca En el forcejeo consigues girarte y ver que es una chica rubia con la cara parcialmente arrancada, quedando al aire parte del cráneo y a la que por fortuna le falta un brazo. Tratando de morderte, se te echa encima y caéis al suelo. Con tu mano izquierda en su frente, consigues mantenerla apartada de tu cuello, pero no podrás resistir durante mucho tiempo. Con tu mano derecha empiezas a buscar cualquier cosa que te pueda ser de utilidad, encuentras un destornillador en tu cinturón porta herramientas y se lo introduces de golpe por el agujero de la oreja hasta el fondo. La chica empieza a perder fuerza y eso te da la oportunidad para empujarla lejos de ti. Te levantas y sin mirar atrás te pones a correr. Al final de la calle está la casa de Bárbara.
Alfie -
Mazer -
Siempre te gustó el sol, pero mucho me temo, que ya no van a volver a venir esos buenos tiempos, que ironía no?.
Mientras andas a un paso aún mas lento que lo que os podáis encontrar no dejas de repetirte en tu cabeza... Donde esta la gente?, no es logico. En una zona tan centrica suele haber siempre muchisima población y aquí no hay nadie, ni muertos ni vivos.
Miras hacías las ventanas de las casas y compruebas que muchas cortinas dejan entrever que alguien espía tras ellas.
Seria absurdo pensar que sois los únicos, y si mal no recuerdas, en las noticias pedían que se encerrasen en casa... Y si Barbara hizo eso?, y si las llamadas de insistencia era para contarte lo que había pasado?, y si esta esperando en su casa encerrada?...
Demasiadas preguntas y tan pocas respuestas.
En ese momento te das cuenta que ya no existen las reglas, no existe el bien o el mal como lo conocias hasta entonces, solo impera la supervivencia. Miras a tu alrededor, la ciudad es tuya, las tiendas, las casas... los coches.
Varias docenas de ellos se encuentran en la calle abiertos y probablemente... BINGO!, con las llaves.
El resto del grupo te mira atónito:
-Que vas a hacer?
-Lo siento chicos, gracias por lo de antes, pero debo ir a buscar a una persona, si no lo hago es como dejar que muera, no podría vivir con eso...
-Vivir?, jajaja... quien te dice que vayas a vivir... comenta irónico el trajeado hombre.
-Me da igual, quien quiera seguirme se lo agradecería, quien no... mucha suerte.
Mientras todos se quedan como estatuas mirándose, tu seleccionas uno de los coches que están abiertos. Has visto muchas pelis y no puedes caer en los mismos errores. Miras que tenga el deposito lleno, que consuma poco, y que no sea viejo (quiero ahorrarme el que se pare en medio de una mala situación).
Mientras estas acomodándote y pensando si tendría sentido ponerse el cinturón, el resto del equipo sube contigo al coche presas del pánico... Que ocurre!.
-ARRANCAAAAA JOOOOOODEEEER!
Miras por el retrovisor, unos 10 o 15 zombies se acercan avenida abajo, y entiendes el cambio de idea de tus amigos.
Enciendes el coche, te incorporas e intentas ubicarte por donde ir mas rápidamente a casa de Barbara, da igual tomar la calle exacta, ya no existe "la contra dirección", pero si procuras no correr mucho evitando los obstáculos de la carretera e intentando no hacer mucho ruido, esos tíos acuden a el...
Sergio -
Tu por un tus pensamientos te abstraen de la situación.
Con una cámara de video grabas a Bárbara, saliendo de la piscina ella te sonríe mientras se acerca sensualmente a ti.
BARBARA
Hey sexy boy!
Se muerde los labios.
BARBARA
Quieres hacer el amor conmigo?
La cámara baja y sube como si fuese la cabeza asintiendo.
Bárbara sonríe.
BARABARA
Y vas a traer la cámara?
La cámara se voltea y Jorge niega con la cabeza.
Hiss de video.
Bárbara y tu se besan apasionadamente.
Hiss de video.
Bárbara sostiene la cámara de video.
BARBARA
Dime que me amas!
Jorge niega con la cabeza.
JORGE
No.
Barbara lo golpea.
Jorge se rie a carcajadas.
BARABARA
Dime que me amas. Vamos confiesa que me amas.
Jorge sonríe.
JORGE
Te amo. Te amo. Te amo. Te amo.
Por un momento todos te miran expectantes.
Miras los cuerpos que cayeron en el suelo.
PEDRO
Hey! Tenemos que irnos!
Big Daddy -
El entumecimiento se hace más acusado en tu brazo derecho, comienzas a recobrar la sensibilidad y reconoces táctilmente el objeto que estás sujetando y en cuyo momento estás apretando como si desearas romperte los huesos de la mano. Es el revolver, esa extraña llave de seis cartuchos que abre si tienes el suficiente valor- las puertas a la solución de tu dilema.
No se acerquen más!
les gritas-
¡T-t-tengo un arma y voy a usarla si es necesario!
les apuntas de la manera más amenazante que puedes-
¡Señor, deténgase en ese instante o no respondo!
¡cl-click!, Accionas el martillo-
Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang!
Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang! Bang!
No sabes cómo has llegado ahí pero estás hecho un ovillo en el suelo cubriéndote tu cabeza con los brazos, el excesivo sudor que ahora corre por tu cuello ha convertido la pequeña mancha de sangre de tu camisa en un verdadero mapa de Sudamérica, por encima de tu pesado y entrecortado jadeo, y el leve aturdimiento que te han dejado los fuertes disparos escuchas varios pasos acercándose a ti, éstos no son vacilantes, intermitentes ni débiles, son pasos firmes que vienen hacia tu posición, se detienen cerca de ti y haciendo acopio de valor te atreves a levantar tu cabeza; son tres tipos con pinta de haber salido arrastrándose con uñas y dientes del mismísimo infierno,aún así, su maltratada ropa te arroja algunos datos.
Quien está delante de ellos y cerca de ti es un joven más o menos de tu edad quien parece ser un tipo que trabaja para una compañía de entrega de paquetería, y de manera disimulada te apunta con una escopeta. Otro parece ser un maduro pero bien conservado ejecutivo, quien no deja de voltear a los alrededores apuntándoles a los recién acribillados con una 9mm. y el otro, el más viejo, simplemente parece ser un vecino al que probablemente lo pilló la hecatombe mientras recogía el periódico fuera de su casa, éste tiene un rifle de asalto cuya culata descansa en su cadera.
¿Estás bien? -te pregunta el paquetero, -
¿Estás herido, Te han mordido? Lo dice mientras observas que el anciano quita el seguro de su H&K.
¡No! le espetas ahogadamente- La sangre en mi cuello es de una mala afeitada, la herida de mi hombro fue de una caída, la sangre de mis zapatos y mi pantalón son de
recuerdas el silbido del metal del andador en el aire y los golpes secos en la cabeza canosa de tu ser querido- Son de de de
Está bien camarada dice el viejo mientras se acerca al paquetero- Pedro, él puede hablar, blandir un arma y mearse en los pantalones, él no es uno de ellos.
Pues que bien -dice el ejecutivo- otro lastre que probablemente nos retrasará, ojalá y hubiera sido uno de ellos, ¡ya nos hemos quedado aquí el tiempo suficiente para ser presas fáciles!
Y si gritas un poco más fuerte, catrín, vas a terminar de telegrafiarles el menú a esos desgraciados! contesta Pedro, al tiempo que gira hacia ti con pesadumbre y dice a manera de sentencia-
No somos una cuadrilla de rescate, sólo somos personas huyendo de esta pesadilla, nuestras municiones están a punto de acabarse y aún nos falta para atravesar la mitad de la ciudad para llegar al punto seguro que anunciaban por la radio, si nos sigues, me proteges la espalda y yo te protejo la tuya, pero cuidado con hacer algo imprudente o tu sólo pagarás tus errores.
Pero yo voy al extremo opuesto de la ciudad dices mientras te reincorporas- tengo que ir por alguien, ver si aún está ahí, DEBE seguir ahí.
Chico, -dice el trajeado- si vas por allá, yo te ahorro el viaje metiéndote una bala entre ceja y ceja, sin dolor, sin sufrimiento, sólo un gran ¡BLAM! Y una sensación de vacío, ¿Qué te parece?.
La cara de los tres ante el reciente comentario hace que tus esperanzas, en ese momento, se desbaraten como un castillo naipes a merced de un huracán
Kintaro_Oe -
Dudas por un instante que hacer. Ir a ver si lo puedes ayudar o continuar tu camino. Trasgas la poca saliva que te queda en la boca, te maldices un par de veces y cuando emprendes el camino hacia él cuatro de esos salvajes salen de unos de los portales cercanos al lugar del accidente.
Reculas silenciosa pero rápidamente hacia tu escondite. ¿Uno contra cuatro? No gracias murmuras mientras lamentas la mala suerte de ese tipo. Otra carnicería piensas casi al tiempo que ves algo que te sorprende. Los cuatros devoradores de carne se detienen en seco a penas a dos metros del cuerpo inmóvil. Súbitamente el tentempié de media mañana de esos caníbales comienza a moverse, dando unos gritos escalofriantes. Escuchar ese sonido te hace recordar a tu abuela. Con los ojos como platos ves como el grupo ahora se de cinco individuos.
Koryrik -
Ahora si te crees preparado para salir. Miras a través de las ventanas y te extraña la quietud del exterior, todo está demasiado calmado. En apariencia no queda ni rastro del gordinflón caníbal. Con la pistola en la mano y el bate en la otra abres un poco la puerta y te mantienes en silencio. Lo único que alcanzas a oír es un rumor lejano como de gemidos siniestros. Pasado un minuto te atreves a salir mirando en todas direcciones. Empiezas a caminar calle abajo en dirección a la casa de Bárbara, que está a menos de 20 minutos andando.
Homo Insanus -
Con sigilo, echas un vistazo por la ventana que da al patio. El corazón te late en las sienes, el miedo, te seca la boca. "Primero la abuela con Sultán y ahora ésto". Hay un tipo orondo echado en el suelo de cemento, semidesnudo, que te recuerda a un puto noble romano en plena bacanal, jamándose al hijo de los Pérez. Casi te alivia apreciar que el niño parece haber muerto de un violento traumatismo craneal antes de pasar a ser el primer plato de ese perturbado. Observas cómo hunde sus manazas en el vientre del crío y cómo engulle sus intestinos. La asociación figurativa vuelve a remitirte a un indolente patricio engullendo uvas. Las arcadas son inmediatas y arrojas en el fregadero. De inmediato, presientes el peligro: no has vomitado en silencio y el caníbal puede haberte oído. Con cómicos pasitos de Pantera Rosa (y durante un segundo, casi ríes, cosa que te hace preocupar por tu salud mental) vuelves a observar por la ventana, aferrando con fuerza el cuchillo en una mano. Y sí, por supuesto, el maldito gordinflón te devuelve la mirada. Gritas, pero apenas emites sonido alguno ("justo cuando ya poco importa hacer ruido, hay que joderse", concluyes para ti mismo), como en esas malos sueños de pánico y afonía. Lo que ha enmudecido el terror en tu garganta es, sin duda, que el gordo ha perdido el interés por las entrañas del infante y se acerca a ti, con determinación. Es lento y de andares torpes, pero en pocos segundos ha recorrido la breve distancia que lo separa del cristal ahumado. Es una ventana corredera con marco y barrotes de aluminio, pero no vas a quedarte a comprobar si resistirá los golpes de ese hijo de puta antropófago, así que te retiras unos metros, hasta el salón, sopesando las opciones: quedarte en casa de tu abuela y defender tu posición o salir por patas al exterior y buscar a Barbara. Afuera, la cosa del patio araña el cristal con sus uñas, mientras emite un horripilante jadeo, que pronto se torna en aullido grave. "Si sigue gritando así, vendrán más amiguitos suyos", deduces.
Blame -
Z0MBI -
Piiii...
"Hola, mamá. Me preguntaba qué tal estás, ya que este fin de semana no pudimos ir a verte. Espero que estés bien. ¿Qué es todo ese jaleo, cariño? Mira a ver... Parece que los vecinos tienen una fiesta por todo lo alto, mamá. -ruido de cristales- Ya sabes cómo se las gastan, cielo, y esta vez parece que están destrozando el piso. Ve a decirles algo, casi ni me oigo a mí misma. Bueno, mamá, que nada más era para saber si seguías bien de la tensión y esas cosas. Te quiero mucho. Nos vemos... -ruido de maderas partiéndose- ¿Qué diablos...? -gritos de espanto lejanos- ¡CARIÑO! ¿QUÉ PASA? ¡Dios mío...!"
Piiiii...
Fin del mensaje.
Extra-Vago -
Vsogul -
Mientras te incorporas dolorido, te das cuenta de que varios pares de pies se arrastran hacia tí desde diferentes direcciones... Cuando consigues centrar la vista hacia los ruidos, descubres que esas personas que se acercan tambaleantes, no están como deberían. Varios de ellos tienen horribles heridas en cuellos y brazos de las que cuelgan carne y tendones, consecuencia de un mordisco?!?!... Ahora recuerdas que el peatón que atropellaste, intentó morderte... Otros en cambio muestran diferentes giros no naturales en sus articulaciones... seguro que al igual que las heridas, dolorosísimos, pero no parecen sentir nada... Mientras te fijabas en ellos, se han acercado peligrósamente. Sólo te viene una cosa a la cabeza: Miedo, un terror que te obliga a salir volado de allí y dejar a esos "heridos" detrás de tí, lo más lejos posible.
Cuando comienzas a correr, otro de esos "heridos" se interpone en tu huida, tiene los hombros colgando, como dislocados, y una terrible herida sangrante en el amdómen, sin tiempo para frenar, le embistes, y oyes un hueso crujir... espero que no sea mio, piensas, mientras te incorporas para seguir tu huida...
Ahora que has conseguido alejarte unos cuantos metros del lugar del choque, lo ves todo con más claridad, te das cuenta de que lo que está pasando no tiene explicación...
De un vistazo a la calle, ves que sólo los "heridos" quedan en pié y avanzan tambaleándose hacia tí, mucha gente parece haberse refugiado en tiendas ya que atisbas movimientos tras los escaparates, te encuentras solo, necesitas descansar y curarte el hombro...
Big Daddy -
Inconscientemente no dejas de teclear con nerviosismo tu teléfono móvil a pesar de que el pequeño ícono que indica la pérdida de servicio ha comenzado a parpadear.
Súbitamente observas que las personas que resguardaban la puerta de la cafetería corren despavoridas hacia el interior de la misma, la expresión facial de una anciana rezagada te alerta de un inminente peligro detrás tuyo. Como si todo transcurriera en cámara lenta, enfocas tu vista en el reflejo de la puerta de cristal de la cafetería. Un camión desbocado se dirige a gran velocidad hacia tu posición con varias personas colgadas en sus ventanas. En vez de salir, curiosamente ves que esas personas quieren entrar desesperadamente al gran vehículo. Una relampagueante descarga de adrenalina te hace saltar hacia la seguridad de la acera; en el nanosegundo que tuviste para esquivar la feroz bestia de acero tienes la oportunidad de ver de reojo a la anciana cerrando sus ojos en señal de resignación. El camión entra con una potencia inmisericorde hacia dentro del local haciendo añicos a todo y todos en su paso. Le siguen gritos que se ahogan al unísono, gran estruendo, y proyectiles de distinta naturaleza saliendo despedidos del lugar. Te cuesta trabajo incorporarte de nuevo, pues un escalofrío recorre tu espalda y muchos "¿que hubiese pasado si..?" comienzan a taladrar tu mente. Es claro que ningún lugar es una zona segura a partir de ese momento.
Al voltear tu cabeza observas con poco de aturdimiento, una motoneta de servicio de pizza volcada sobre la acera y con las llaves en el arranque. La levantas mientras comienzas a tener claro tu primer objetivo: mantenerte en movimiento, y después de lanzar una segunda mirada al caos en el que estás sumergido, atravezarás media ciudad en búsqueda de Bárbara.
Por un segundo piensas en voltear atrás, recuerdas la mirada de resignación, te repites una y otra vez con una mezcla de miedo y coraje: "tú no eres así, tú no te rendirás tan fácil, ¡con un carajo! ¡tienes que ser fuerte!" hinchas tus pulmones y resoplas varias veces para darte valor, accionas el interruptor de arranque y comienzas tu azarosa travesía...
Mazer -
La imagen es indescriptible, no puedes fijar los ojos en un solo punto para ver que ocurre en un vistazo rápido.
La calle de tu izquierda esta bloqueada por culpa de un accidente en cadena. Te acercas al lugar de los echos sin entender muy bien que pasa, todo el mundo a tu alrededor corre despavorida y nadie...NADIE presta atención al echo de haber atropellado a una persona.
El primer coche del accidente esta semi cruzado en la calzada impidiendo el paso en ambas direcciones, tiene el frente abollado y lleno de sangre, como si el también hubiera atropellado a alguien... pero sin alguien.
No hay nadie en los coches y las puertas están abiertas, han salido corriendo?, a donde?, por que?.
Lo primero que piensas... un ataque terrorista, pero no tiene mucho sentido.
Esta pasando todo tan rápido y es tan extraño que no sabes que hacer... te giras y la persona que has atropellado se dirige hacia a ti a un paso de tortuga, arrastrándose y con la mano alzada en tu dirección.
No puedes evitar pensar que algo va mal, y sientes miedo, tanto que podrías uir sin problemas y nadie se daría cuenta con semejante alboroto.
Pero no eres así, siempre fuiste demasiado responsable.
Tus intentos de parar a un transeúnte se ven frustrados, cuando te acercas a cualquiera huyen de ti como si tuvieras la peste... "Oiga, ayúdeme", "Por favor, me presta su móvil?, el mio no va, acabo de atropellar a una persona"... Nadie te contesta, te miran con los ojos fuera de sus órbitas...
Joder que cojones hago... dios, me voy a meter en esa cafetería que parece que hay gente en ella... Ufff, la puerta esta atrancada y la gente de dentro me esta mirando con cara de no saber que hacer... "Por favor, abridme, he atropellado a una persona, necesito un teléfono... y mierda!, alguien sabe que coño esta pasando?"...
Entre ellos parecen discutir, unos quieren abrirme y otros no...
Blame -
Sergio -
JORGE (off)
Que querría Bárbara.
Vuelves a marcar el teléfono y escuchas los mensajes una vez mas.
Solo interferencia.
Y unas palabras inteligibles.
JORGE (off)
Que le pasara...? que le va a pasar, debe ser su crisis existencial de los lunes... mejor la llamo, prefiero llevar la fiesta en paz...
Marca el numero una vez mas.
Bárbara no atiende.
JORGE (off)
Puta madre. Bueno, la llamo desde el trabajo.
Guarda el teléfono y saca el carro del estacionamiento.
La luz matutina lo encandila a la salida.
La calle luce particularmente sucia. Pero no lo piensa demasiado.
No hay demasiado trafico y eso definitivamente es algo bueno.
Enciende el estereo y por un momento comienza a escuchar las noticias.
LOCUTOR RADIO
Se recomienda mantener la calma.
El celular comienza a sonar una vez mas.
Jorge agacha la mirada y busca al aparato.
En la acera justo al lado por donde pasa el coche una mujer es atacada por dos jóvenes de 15 y 18 años.
Jorge no lo nota.
contesta la llamada.
JORGE
¿Alo?
Se corta la comunicación.
LOCUTOR RADIO
Lo mas recomendable es que permanezcan en sus casas hasta que...
JORGE
Por supuesto, tu me pagas las cuentas a fin de mes.
Apaga la radio.
Jorge marca el numero de Bárbara una vez mas.
No contesta.
JORGE
Y entonces...?
Enciende el cd player.
Comienza a sonar Sour suite de The guess who.
continua su recorrido.
Lucks -
Él, al contrario que tú, no sale a trabajar, está llegando a casa después de llevar toda la noche conduciendo el autobús.
Te habla sobre que la gente está loca, que en el turno nocturno ha habido muchos problemas con otras líneas. Te comenta que incluso un cliente le ha golpeado y le ha intentado morder, pero no le escuchas: "Al fin y al cabo, ¿qué día no está todo el mundo loco en la ciudad?"
Te despides amablemente y subes al coche.
Koryrik -
Te levantas y te sacudes el polvo. A pesar de lo mal iluminado que está el parking y la gran cantidad de rincones oscuros, no tienes problema en llegar hasta tu coche, un antiguo Volkswagen Scirocco de tres puertas.
Nata -