Leemos en fantasymundo una noticia muy interesante sobre la labor de Paul Kasey en 28 weeks later. Paul realiza la labor soñada por la mayoría de nosotros: es el zombie movement coacher. Es decir, es el que enseña a los zombis a moverse como tales.

Esta claro que los infectados de 28 días o semanas son una clase bien distinta de zombis: son rápidos, increíblemente rabiosos y están vivos... Algo totalmente diferente del zombi romeriano. Por eso él es actor, bailarín y gimnasta. De hecho interpreta a uno de los infectados del principio de la película. En el vídeo de ahí arriba podéis ver y escuchar sus comentarios acerca de los movimientos, las sensaciones que debían sugerirse con los movimientos y algunos comentarios acerca del maquillaje. Por lo visto pasarse todo el día con el ceño fruncido, gritando y corriendo a toda máquina es lo mejor del mundo para regresar a casa por las noches más tranquilo que una malva...

Propongo un Taller de Zombie Movement Coaching en zombi.blogia... igual ganamos tanto dinero que hasta nos retiramos. Ya veo a las empresas dejarse del paintball y el barranquismo e ir todos a que les enseñemos a hacer el infectado rabioso. Interesados llamar al 0034 555 280 028.

Extraigo lo siguiente del artículo de fantasymundo:

Kasey seleccionó a actores e intérpretes con experiencia en gimnasia, baile, circo... Finalmente se eligieron a sesenta personas que fueron aleccionadas en un taller de expresión para zombis: “En el taller se trataba de recrear los comportamientos de los infectados a fin de que todo el mundo entendiera los movimientos que acompañaban las interpretaciones y que estas fueran consistentes. Fue un día fantástico y todos se mostraron muy entusiastas. Cada persona comprendió de qué se trataba con las interpretaciones. Cuando cada uno de ellos se hicieron con la interpretación, tuve que contenerles; su rabia se estaba convirtiendo en demasiado pujante y desquiciada. Daba bastante miedo estar delante de sesenta personas con la enfermedad. Pienso que todos disfrutaron y sacaron un gran partido al taller. Fue de una gran ayuda cuando llegó el momento de rodar, pues podían pasar de un estado al otro en un instante”.