Un cura para todos los males... Divine Intervention
Buscando cosillas con las que alimentar y adiestrar a las huestes milenaristas he dado con lo siguiente... Un juego flash bastante graciosillo y violento en el que tomas el papel de un cura armado y peligroso (que me río yo del arzobispo de Varsovia y del padre Pilón) que va matando zombis con una alegría y un donaire más propios de un monje templario en Tierra Santa que del párroco de la esquina.
When the earth and the good people cannot take any more, they need Divine Intervention!
Las armas son sencillas: pistola, miniuzi y escopeta. Por lo visto también hay demonios por las calles de la ciudad. Pero, ¿por qué un cura cristiano y seguramente católico? Primero, porque un rabino sería devorado el primer sábado tras el apocalipsis. Y del Islam... eso mejor no tocarlo. Así que supongo que lo habrán elegido por eliminación de los otros dos credos mayoritarios. Además, un cura tiene un algo, todo vestidito de negro, con su alzacuellos (¡alzacuellos de kevlar antimordiscos!, ¡qué gran idea!) y sus armas de fuego.
También cabría reseñar aquí la larga lista de caballeros de la Iglesia que se lían a trabucazos a lo largo de la Historia y de la ficción (dejemos de lado la actualidad, no hablaremos aquí de que si tal organización nació en un seminario o si Setién paquí, Setién pallá...). Robert Mitchum encabeza la lista con dos interpretaciones (que yo recuerde) de curas/párrocos bastante peligrosos, una en La noche del cazador y otra en una del oeste en la que dentro de la biblia lleva un revólver (y para algo servía también el crucifijo). Vale, que no era un verdadero cura, que era un impostor y todo eso. Le sigue a la zaga Eastwood en El jinete pálido: otra magistral demostración de que se lleva eso de no poner ni media mejilla. Otros curas chungo pueden ser De Niro o Neeson en La misión quienes, si bien son la mar de majetes, llegado el momento acaban con las vidas de numerosos portugueses. El cura del Mio Cid que siempre trataba de ser el primero en entablar combate con los moros es otro ejemplo a tener en cuenta. El arzobispo pirata que con patente de corso papal, ahí es nada, daba caza a los piratas berberiscos del mediterráneo occidental sin pudor ni miramientos. Seguro que se os ocurren muchos más ejemplos, amigos zombiadictos.
—Ego te absolvo pecat... *click* *click*
—¡GGrrrrrrhhh! —ladra, babea, trinca las garras— ¡GggrRraaagh!
—Ñam, ñam, ñam...
Espero veros hacerlo mejor que este jugador. Claro que se enfrentaba a mi peor pesadilla: ¡el niño zombi!
Desde la web de newgrounds.com podéis practicar el tiro al zombi. Que sea productivo.
Ah, os dejo con más juegos de zombis de newgrounds. ¡Conservad siempre la última bala!
5 comentarios
Andaluz -
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sayko -
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